jueves, 27 de mayo de 2010

DIA 23 – EL VERDADERO SENTIDO DE LA VIDA ///




¨ El que le busca sentido a la vida es un hijo de puta ¨
La frase es de mi amiga Liliane. Dice que su padre jamás hizo gimnasia ni dietas ni se preguntó por el sentido de nada y vivió, hasta ahora, más de noventa y cinco años.
Nosotros nos empeñamos plano tras plano, cuadro por cuadro, escena tras escena, en que todo esté meticulosamente construido. Lo cómico es que todos sabemos que se trata de una mentira, los que la construimos y los que después vendrán a verla hicimos un pacto, por el cual, si la mentira es creíble y entretiene, está todo bien. Pero repito, lo que me asombra es el empeño de cuarenta personas para que la mentira sea perfectamente creíble.
El único límite que encontré hasta ahora, la única frontera que no estoy dispuesto a cruzar cuando redescubro que de verdad nada tiene ningún sentido más que aquel que nosotros elegimos darle, es el límite del sufrimiento. Si cualquier acción que uno emprende para darle sentido a la existencia, propia o ajena, implica hacer sufrir a otros, implica infundir dolor, entonces no debe ser llevaba a cabo. NO DEBE. Es un mandato claro y específico porque personalmente no quiero que nadie, para que su vida tenga sentido, me haga sufrir.
Claro que hay sufrimientos en cierto sentido inevitables. Cuando un amor se apaga, por ejemplo, todos sufren. Cuando un amor se enciende, muchas veces, también se sufre. En el derrotero de peleas y separaciones sufren padres e hijos y suegros y todos sufren menos los abogados que más pronto que tarde son contratados para dirimir los desacuerdos.
La vida es, en cierto sentido, sufrimiento. La vida tiene la mala costumbre de expresarse a través del dolor. Pero yo estoy hablando de no infligir los dolores evitables, porque los inevitables son, por derecho propio, inevitables.
Me fui a la mierda. O no tanto. Emociona el trabajo en equipo de cuarenta, cincuenta, cien personas, con el sólo propósito de construir una mentira creíble que le dé sentido a nuestras vidas y porque no, durante dos horas, a la vida de otros. La historia universal de la narración se basa exclusivamente en esto. Como punto de partida tenemos al cazador en la cueva, envuelto en pieles, de noche y a la luz de las antorchas, contando a un auditorio en ronda cómo dio muerte al jabalí que ahora están devorando en ronda en torno al fogón. Seguramente el jabalí del relato es mucho más grande y mucho más bravo que el jabalí que están comiéndose, y todos lo saben y todos lo aceptan de buen grado, porque a nadie le interesaría un relato en el cual el jabalí se entrega mansamente en manos del cazador.
Ninguna persona de bien debería creer que lo que otro cuenta es verdad, porque en cierto sentido, o en todos los sentidos posibles, la verdad no existe. Nadie tiene verdadero conocimiento de su propia alma hasta que pueda o deba prescindir de sus ojos, sus oídos, las yemas de sus dedos, su nariz y su paladar. Recién entonces, en la más profunda de las oscuridades y el más estruendoso de los silencios, uno se descubre. Siendo así ¿cómo no mentir? ¿cómo creer que alguien está lo suficientemente capacitado para decir la verdad? Aproximarse a la propia verdad es un ejercicio tortuoso que no todos están dispuestos a llevar adelante, un camino cuesta arriba que quizás no conduzca a ninguna parte. Pretender tomar conocimiento de la verdad de los otros es una estupidez sin sentido, una idiotez y un acto de extrema arrogancia e hipocresía.
La soledad auténtica radica en aceptar que nadie nos conoce tal como somos así como afirmar que alguien nos conoce es negar el insondable misterio que nos separa irremediablemente del resto, muerto ese misterio caemos en el vacío de creer que nos conocemos, en la banalidad de ¨ darnos a conocer ¨ . Darse a conocer es como tomar un machete y cortarse la mano izquierda, y con la mano cortada tomar el mismo machete y cortarse la mano derecha.
En esa necesidad de misterio y en la aceptación de la mentira como forma de relacionarnos nace la justificación de nuestro oficio de narradores. No es casualidad que las personas más proclives a negar la virtud de la mentira, que son a su vez aquellos que nos mienten descaradamente sobre las cuestiones más obvias, sean aquellas que menos posibilidades e interés tienen para disfrutar del arte en cualquiera de sus formas, porque disfrutar del arte es solicitar una mentira muy creíble, bien estructurada, y sobre todo inocua, si tal cosa existe, como dice el señor Smith en Matrix .
Pero cambiando de tema:
Queridos miembros de este grupo: basta de fotos, basta de imágenes, basta de recortes de la película. Cualquier reclamo en este sentido deben dirigirse a la señorita Alicia González Martínez, estrella de la Producción de FAMILIA PARA ARMAR, que muy enojada me puso ¨ deja algo para la película ¨ . ¡Y tiene razón! Y si no tuviera razón me cae tan increíblemente bien que tiene razón igual. La cuestión es que nos queda una semana de rodaje y meses hasta el estreno y este grupo debería permanecer activo e interesado como para seguir creciendo y llegar al estreno con todas las fuerzas posibles, porque cuando llegue el estreno tendremos cuatro días para dar el golpe o morir en el intento, por favor entiéndanlo bien: ¡¡CUATRO DIAS !! (Jueves, viernes, sábado, domingo) para jugar toda nuestra suerte. Pocos saben que si no van miles y miles de espectadores en esos cuatro días la película se baja y va a parar al Tita Merello. Este grupo y todos sus amigos y todos los amigos de sus amigos y todos sus enemigos también, deberán ir a ver FAMILIA PARA ARMAR dentro de esas maravillosas y fatídicas noventa y seis horas. Prometo echar mano a toda mi imaginación y toda mi energía para que esto siga creciendo hasta explotar en la pantalla y en las salas . JAAAA. Créanme, no subestimen mi energía para llevar proyectos imposibles adelante. Tengan en cuenta que de las primeras cinco personas que leyeron la primera versión de Familia Para Armar (que por entonces no se llamaba así) tres me dijeron que el libro era muy bueno, y dos me dijeron que el libro era muy bueno pero la película estaba destinada al fracaso y no debía filmarla ( más o menos eso). Lo curioso es que esas dos personas eran las únicas de peso para mi, tanto en su opinión como en que eran imprescindibles para movilizar el proyecto. En estos dos años hice y deshice para arriba y para abajo, mejoré el elenco, cambié el drama en comedia, empujé empujé y empujé y la suerte estuvo de mi lado y las dos personas que al principio no creían hoy son las más involucradas.
Como ya dije algunas veces, el proceso que lleva a la concreción de un proyecto cinematográfico es largo, a veces tortuoso y a veces gratificante. La compañía de este grupo de fcbk hasta el momento del estreno, la comunicación entre nosotros una vez terminado el rodaje y ya encarando la etapa de posproducción, será crucial para mi supervivencia. ¡¡ Si queridos lectores !! estoy hablando de supervivencia, así que no me dejen morir. Porque muerto el perro se acaba la rabia. Y aunque rabia es lo que me sobra no puede sobrar si ya no hay perro.
Haremos algún concurso. Subiremos alguna imagen más. Luego un trailer. Pero le haremos caso a Alicia. Ya di mis razones y no explico más. Este narrador les pide su anuencia para seguir viviendo.
Y continuará … este Diario de Rodaje.

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