domingo, 2 de mayo de 2010

DIAS 5 y 6 //// REIRNOS DE LA NADA

Lo que más trabajo nos dio fue la escena a la salida del locutorio. Hay corte total de luz cuando Julia y Andrés se sonríen y después salen a la calle. Aunque la gente de Valeria del mar se portó divinamente bien con nosotros y cortó la luz de la calle, era difícil conseguir la oscuridad total, pero MUCHO MAS DIFICIL tener lectura de algo en esa oscuridad sin hacer algo que no fuera creíble. Así que fuimos construyendo muy de a poco, entre Gallo, el Colo y yo. Ellos trataban de dar un fondo de luz creíble para que las figuras se recortaran cuando salieran a la calle, y yo buscaba diálogos y movimientos mínimos para que la escena quedara contada. Todo fue muy lento y con varios ensayos de movimiento, la cosa no marchaba. Estábamos obligados a un cuadro plano y sin gracia, sin ninguna profundidad y encima con siluetas en lugar de rasgos. Lo primero que surgió fue que el farol de noche que en principio estaba sobre el mostrador del ciber viniera hacia delante, hacia la puerta del local, acompañando a los que salían. No estaba mal dramáticamente porque si el local queda a oscuras es lógico que se busque una manera de llegar a la puerta sin tropezarse con todo. Alicia González hizo de la farolera y la cuestión mejoró bastante, pero el farol se iba muy rápido para adentro. Agregamos un cliente que salía junto con los protagonistas, y la cosa siguió mejorando. Después agregamos una caída de llaves. A Juan Pablo (el otro cliente) se le caían las llaves y se tomaba un tiempo en recogerlas. Ese tiempo era suficiente para que hubiera un poco de iluminación creíble durante el diálogo entre Julia y Andrés. Por último, todos los que vinieran por el pasillo del local, tenían que vestir ropas claras para servir de fondo de contraste. Eso hicimos, y la escena salió bien en tres tomas.
Quedó bien, pero yo no había tenido en cuenta estos inconvenientes con la iluminación que harían de las escena algo muy rápido, a esta altura, además, eran las 10 30 de la noche y estábamos grabando desde las 3 de la tarde y nos quedaba volver al centro de operaciones a cenar y nos quedaban dos escenas con Ferrigno. Pensado desde el ¨ después ¨ a pesar de que fueran siluetas, debería haber ralentado un poco la acción, pero ya está. Lo que hay que tener (además del final de la escena donde Andrés se queda mirando la partida de Julia mientras la Farolera vuelve a su puesto de trabajo llevando el farol de noche) en una escena intermedia, un breve traslado de Julia en bicicleta antes de su escena de soledad en la playa. Nada que no pueda resolverse.
Antes de eso tiramos las dos escenas de primer encuentro entre Julia y Andrés. También hubo que recomponerla un poco en relación a lo que había imaginado. Lo que más me gustó fue la sonrisa naturalmente seductora e inocente de Malena, es la Julia que había imaginado. Con un poco de trabajo también lo logramos con Andrés, pero con Julián nos falta trabajo frente a las cámaras. En la vida real tiene una sonrisa encantadora, era el Ferretero soñado. No digo que no lo sea pero hay todo un aprendizaje de trabajar juntos (él y yo) frente a las cámaras para que esa bella sonrisa se descontracture.
Por cierto, si no hay más fotos de Andrés en estas tandas es porque se me llenó el disco de la Mac y tengo que conseguir otro disco externo.
Retrocediendo, habíamos hecho todas las tomas de pasadas de camioneta por la ruta en su viaje a Buenos Aires, gran predisposición de Ferrigno para estar en algunas tomas muy generales donde teníamos campo y camioneta. Quedaron todas bien y el viaje estará bien contado.
Desde las 12 de la noche hasta las tres de la mañana hicimos la escena en la cual Ernesto duda se ir a Buenos Aires a buscar a Marta, o no. Quedó fantástica, tanto por la puesta de luces como por la actuación de Ferrigno y, luego, una puesta más corta con seguimiento de la cámara. No sé si se los había contado pero la idea de esta peli es trabajar con una cámara relajada, que se mueva, dentro de las posibilidades que brinda la historia, ya que es una cámara pequeña, liviana, muy portable. Pero lo más importante es que las dos tomas, la gran general y la cercana, dan para reflexionar sobre el tipo de emoción que puede generar cada una de ellas, y si conviene unirlas o no en montaje. En el plano general, Ernesto se ve triste, desolado, ¿cómo seguirá ahora con su vida? En el plano cercano, y con las mismas acciones, Ernesto se ve enojado, furioso ¿porqué ahora viene a pasarme esto?¿Porqué no estoy queriendo a Julia como debería quererla? Son dos emociones diferentes dadas simplemente por la diferencia del tamaño del plano. Les digo además que otra vez Ferrigno está fantástico.
Después nos fuimos a tomar un plano de situación, ya eran las 2 de la mañana y estábamos muertos. Malena estaba en la casa jugando al chinchón con el pibe de seguridad, que un rato antes nos había deleitado con sus habilidades en el fútbol tenis. La verdad, tanto él como Gonzalo Aguado no entiendo como no se fracturaron en ese juego. Gonzalo Aguado se mandó unos increíbles smash con su pata a dos metros de alto, pero por suerte no mató a nadie ni se murió él. La casa base que es mi casa en Cariló sería la casa de Luis vista desde afuera, así que lo único que necesitábamos era un plano de situación, esos que tanto usan los americanos. Mientras se hacía la puesta de luces les propuse llevar al hotel a los que no iban a participar. Malena, tan hija adolescente como mi hija adolescente, tardaba tanto que finalmente tiramos la toma y después nos fuimos a dormir todos. Nada mejor que una actriz adolescente y un director neurótico para pasar del amor al llanto cada 5 minutos. Pero bueno, estamos todos en carne viva cuando filmamos. ¿O no?
Quedamos para el sábado a las 10 30 y ahí partimos para Buenos Aires. Compartimos auto con mi hijo Ariel, Gallo y el Colo, para tomar las imágenes del regreso que son las imágenes del regreso de Julia. Almorzamos en una de las espectaculares parrillitas de Dolores: vacío, asado, chorizo. Todos contentos y al sol. El clima nos había regalado una semana de verano a fin de abril, y nos parece sentir que ya somos un equipo de actores y técnicos bastante consolidado, en muy pocos días.
Ya llegados a Buenos Aires y partiendo desde la productora, en Palermo, dejé en sus casas a Gonza Aguado, Alicia González la Farolera, a mi hijo Ariel, y Gallo. Ya no recuerdo el motivo pero nos reímos muchísimo en ese corto viaje. Lo que sí recuerdo es que Alicia dijo : Yo nací en una isla. Decidimos que era título de algo y entonces prometí que escribiría un cuento con ese título, y hoy, domingo, a pesar del cansancio, ya lo comencé a escribir.
Ah, ahora recuerdo, nos reíamos porque estábamos tan cansados que queríamos hablar de actores y de películas y no podíamos empalmar dos recuerdos al hilo, todo era así más o menos: es película que transcurre en una cárcel y ….., en la que actúa ….., el ex marido de …..la que ganó un Oscar por ….En fin, nos reímos de eso como si hubiéramos fumado marihuana. Este es el único trabajo que te hace reír como cuando éramos adolescentes, durante horas, de la nada. Reírse de la nada, lo más maravilloso que pudiera pasarnos.
Como corolario, cuando llegué a casa un mail de la Editora Alemana me pide mis datos bancarios para mandarme el dinero de la primera edición de un cuento mío traducida al alemán. Mañana a las 7 de la mañana retomamos.

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