martes, 1 de junio de 2010

DIA 26 /// MUJER, HAY UN GRILLO SALTANDO DE TETA EN TETA



Si estás a punto de terminar el rodaje de tu segunda película y te mirás bien en el espejo, lo primero que vas a comprobar es que en tu vida de verdad no cambió nada de nada. No es como mudarse, cambiar de trabajo o divorciarse. Te mirás en lo profundo de tus ojos y seguís siendo la misma persona de antes, con los mismos defectos e iguales limitaciones. Los verdaderos cambios se producen cuando las hechos que debiste dejar acontecer, por tu culpa, sea por accionar torpe, negligencia o directa premeditación, no acontecieron. Es por eso que, por ejemplo, el aborto es un hecho tan traumático.
Sé que muchos leen estas crónicas y muchos más se asustan de ellas. Es como si no supieran que comentar y entonces comentan que no saben qué comentar. Ese de por sí ya es un comentario, y cualquier comentario me llena de satisfacción porque significa que afuera hay alguien. Hay viento, hace frío, llueve a baldes, pero afuera hay alguien.
Finalmente se entendió muy bien lo del narrador porque las mismas personas que no se animan a comentar aquí en la vida real me siguen saludando con afecto. Creo que pudieron separar entre la locura y la cordura que empujan con fuerza hacia delante a este hombre complejo que soy.
Uno a uno los actores van terminando su participación en esta aventura, hoy terminaron Norma Aleandro, Valeria Lorca y Ernesto Imas. Antes habían terminado Darío Levy, Paula Kohan, Ximena Rijel y Julián Infantino. Sólo nos quedan Malena Sánchez, Oscar Ferrigno y , cosas raras de los planes de rodaje, recién mañana se incorpora Jorge Suárez. La etapa dura del rodaje se extingue en medio de la nostalgia y del alivio. Llega la hora de la verdad.
Este rodaje reconfirmó todo lo que siempre opiné sobre un guión literario: debe tener una estructura fuerte y personajes con motivaciones y objetivos muy claros. Estructura no significa que los puntos de giro deban cronometrarse ni que el punto de ataque esté justo a los diez minutos y sea muy fuerte ni que el climax sea a cinco minutos del final. Pero, de alguna manera, todo debe ser así. Lo que ocurre es que un rodaje en libertad como el que pudimos llevar adelante entre los actores, Gallo y Marcelo Brigante, nos permitió encontrar matices que en el libro estaban apenas esbozados o ni siquiera estaban. Por ejemplo, yo siempre creí que el punto de ataque de FAMILIA PARA ARMAR sería el momento en que Julia se planta frente a la puerta del hotel a las 3 de la mañana. Sin embargo, en la práctica del rodaje el punto de ataque estuvo dado por la mirada fascinante de Ernesto, cinco minutos después, sobre su hija adolescente. De verdad creo que para que un actor te regale semejante maravilla, como lo es una mirada que se transforme por sí misma en un punto de ataque, el vínculo de trabajo de todo el equipo debe estar muy aceitado, y el afecto del actor hacia el proyecto debe ser muy, pero MUY grande. Es probable que ustedes que son estudiantes de cine o espectadores o quién sabe qué cosa, porque en realidad casi nadie lee estas crónicas, Ustedes, decía, piensen: bueno, es la obligación del actor. Pero no es así, es el director uy la impronta afectiva que se genera lo que hace posible que el actor esté dispuesto a entregar partecitas de si, pedazos de su alma. Puede ser que el mejor o la mejor actriz, y me ha pasado, en algún momento no entregue lo mejor de sí, por distintos factores que no vienen al caso, pero está en el director salir al cruce y pedir más, porque la historia pide más, y no duden que los primeros agradecidos cuando ocurre esto son los mismos actores. ¿Acaso a ustedes no les ha pasado ver una película donde un gran actor o una gran actriz no se compromete y parece que sólo estuvo ahí para cobrar su sueldo? Bueno, en esos casos, quién más sufre es el mismo actor en el momento de trabajar y en el momento de verse en la pantalla. Hasta es probable que ni siquiera vaya a verse, como varias veces ha pasado. Lo que actores y técnicos esperan de un director es que ocupe su lugar, ni más ni menos, y el lugar más importante del director es sentir verdadero entusiasmo por lo que está haciendo. Si él no lo siente, nadie va a sentirlo.
Sé que hubo algún actor o alguna actriz que no pudo entregar todo lo que tenía para entregar. La responsabilidad siempre es mía, porque una cosa es decir que uno puede dejar su ego de lado y entregarse al trabajo en equipo, y otra cosa es de verdad hacerlo. Cuando dos egos se encuentran en un plató el trabajo se complica, y siempre, en estos casos, es el director quién debe retirarlo por completo y encerrarlo bajo llave.
Por supuesto que estoy hablando de detalles y en pantalla todos saldremos de lo más divinos y entre otras virtudes, hemos contado una 70% de comedia y un 30% de drama donde antes había 80% de drama y 20% de comedia. Si me propuse esto en rodaje, si insistí hasta el cansancio y lo cuidé meticulosamente, es porque sé que el público hoy no está con ganas de recibir nada que sea contado en tono dramático. Hoy el drama no es bienvenido, entonces es mucho mejor adaptarse a esto y contar la historia profunda que uno quiere contar pero con un tono llevadero.
¿No te daría envidia saber de alguien que lleve una convivencia de a tres? Una chica y dos chicos, por ejemplo. Un triángulo de película en el cual por supuesto el hombre más enamorado sufre y el hombre menos enamorado no sufre tanto pero siente herido su ego (quién sabe porqué) y la chica no sabe muy bien porqué sigue adelante pero en definitiva lo sabe, porque vive en la duda eterna y aún no ha terminado de crecer y todo esto terminará cuando aparezca el hombre de quién de verdad se enamore. ¿No está buena la historia? Debo confesar que la historia en sí, un poco por encima, pertenece a un e alumno que me lo presentó como proyecto hace uno o dos años. ¿Quién no se podría un poco inquieto con esto? ¿Quién en el fondo no lo desea y no se atreve a llevarlo adelante o no encuentra los socios para hacerlo. En fin, disculpen la digresión, creo que vino a mi mente porque recién salgo del baño de inmersión y la sangre se dispersó en forma despareja a o largo y lo ancho de mi cuerpo. Queda poca sangre en el cerebro, seguramente debe de ser por eso.
Hoy fue día de desmayo: Vanesa Iasogna quedó frita con los ojos abiertos por unos cuantos segundos, la acostamos en el piso y le subimos las piernas y dspertó preguntando qué le había pasado. Todos en círculo ahogándola como suele pasar en estos casos y algún chiste boludo para aliviar la tensión y sacarnos el susto. Yo la había visto más temprano del mismo color sobre el que estoy escribiendo esta crónica, y me pareció que francamente no debía estar en el rodaje porque estaba enferma o a punto de enfermarse. Y así fue.
Vanesa fue llevada a su casa y tuvimos un día de muchas escenas, como ya dije, la presencia de Norma siempre hace que nos apuremos, porque está mucho en la película pero tenía no tantos días de rodaje. A las 15 30 más o menos Marcelo vino a decirme que no íbamos a llegar a la retoma que necesitaba hacer de la escena nocturna con Aguirre así que puse el acelerador a fondo y resolví unas cuantas escenas con pocos planos y pocas tomas. Hay que tener en cuenta que cuando tenés buenos actores las dos cosas son posibles y que el editor ya me advirtió que tenemos una especie de exceso de planos, demasiado ritmo, así que, qué mejor que poner un poco de freno, para que el público se entere de qué va la historia y tenga algún segundito para emocionarse, si es que lo logramos, porque en cine, lo más difícil de todo es hacer emocionar, y ojo, que cuando digo emoción también digo reir, sentir curiosidad, esperanzarse, llorar, putear un poco. Como mi amiga Alicia, esta vez no Alicia González, que en el cine llora y putea y le pregunta al antagonista porqué hace las cosas malas que hace. Se las pregunta en voz alta, gritando hacia la pantalla, y no está loca, para nada loca. No es Ana Llanos, por ejemplo, a quién, de paso, van dedicadas estas líneas, porque es la lectora más fiel que existe en este universo desde el Big Bang. Si la justicia existe Ana LL deberá tener un novio poeta que le dedique una cantidad importante de poemas de amor, libros, cuartetos, fotografías, hasta esculturas, hasta que ella los abandone a todos para escaparse quién sabe con qué cosa y por qué lado del mundo, por cuál pasillo oscuro e ignoto, porque se me da que A. LL. es de las chicas que un día huyen dándose cuenta de que cometieron un error gravísimo por el simple hecho de no decir que no a tiempo. Podría asaltar un banco, convencer al presidente de una multinacional que rescinda el contrato que salvaría a su empresa. Podría iniciar una guerra entre superpotencias o provocar el suicidio de un hombre en tinieblas. Pero también podría, y esto es bueno saberlo, quedarse tomando mate a la vera de su propio destino. Lo cual no estaría mal en absoluto porque ¿a quién no le gustaría detenerse de por vid a tomar mate a la vera de su propio destino? Y que los demás revienten.
Y por fin llegó el día en el que hicimos la toma del grillo. Lo convencimos para que se quedara quieto pero en cuanto lo soltamos frente a la cámara se puso a saltar de teta en teta sobre los cuadros supuestamente pintados por Betina. Eran las 2 de la mañana y estábamos muertos pero entre todos perseguimos al grillo y todos sus dobles y triples por toda la locación, hasta que más o menos conseguimos una toma decente.
En fin. Ya casi terminamos. Yo quisiera escribir de manera que le resulte agradable y les despierte deseos de dejar mensajes, pero para que esto ocurra deberían cambiarme el cerebro o yo tendria que poner alguna imagen psicodélica que no signifique nada de nada para que todos queden fascinados. Ya lo dije una vez y lo voy a repetir: LA IMAGEN NO ES NADA. Lo contrario es pura publicidad.
Quedan 3 días. Después no sé cómo haré para mantenerlos despiertos.

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